Educación Esparta
En la antigua polis de Esparta la educación pretendía
formar a los ciudadanos en las destrezas de la guerra y en la participación en
la vida civil y política de la ciudad. El ideal de hombre a formar se basaba en
la obediencia, la disciplina, la templanza, la sobriedad, la austeridad en la
vida cotidiana y la resistencia al dolor y al sufrimiento. Aquellos espartanos
que conseguían disciplinar el alma y el cuerpo en este modelo, desarrollaban un
sentimiento de honor, una especie de orgullo de casta social y de patria, que
se manifestaba en conductas llenas de lealtad y fidelidad mutua, de respeto y
veneración a los ancianos.
Estos objetivos educativos adquieren significado cuando
se enmarcan en el contexto social e histórico de Esparta. Este modelo educativo
se aplicaba solamente a unas 9.000 personas, una minoría que disfrutaba de
derechos civiles y políticos gracias a que eran los descendientes de los dorios
que invadieron y conquistaron Laconia, el valle del río Eurotas, en el siglo X
a. C., y sometieron a la esclavitud a sus habitantes aqueos y mesenios. El proceso educativo se iniciaba en el mismo momento del
nacimiento, en un acto de eugenesia cuando los ancianos examinan el recién
nacido y determinan si debe vivir o morir; un bebé sano y robusto sería un buen
guerrero o una madre que engendraría en el futuro nuevos y fuertes espartanos;
por el contrario, si observaban que estaba enfermo o consideraban que sus taras
físicas le impedirían cumplir sus deberes como espartano, lo condenaban a ser
arrojado a un profundo foso.
La crianza, física y moral, hasta los siete años de edad
estaba a cargo de la madre; cuando, niños y niñas, cumplían los siete años y
hasta los treinta, el Estado asumía su educación. Se consideraba que los hijos
no eran propiedad de sus padres, sino de la polis, de la comunidad. La escuela
se organizaba como un cuartel militar: el campamento (la polis) estaba a cargo
del Eforo de educación; los batallones a cargo del próteros, las compañías
mandadas por un boagós, y una policía militar de castigo imponía sanciones y
disciplina (los mastigórofos). Durante la infancia (de 7 a 18 años), la corta
adolescencia (de 18 a 20 años) y la juventud (hasta los 30 años), los
espartanos recibían una dura formación física y militar que los preparaba para
la guerra. Se completaba con una educación moral y cívica que, llegada la edad
adulta, les permitía incorporarse a la vida ciudadana y política. Formaban
parte de la minoría que regía los destinos de Esparta en las diversas
instituciones políticas: los Éforos, que ejercían el poder ejecutivo y elegía
la Diarquía o dos reyes; la Gerusía o consejo de ancianos que proponía leyes y
decisiones a la Apella, la asamblea popular de varones adultos. Esta doble
vertiente, militar y cívica, reducía la formación intelectual a un aprendizaje
elemental de la lectura, de la escritura, del cálculo y a la memorización de
las obras de Homero; un exceso en estos contenidos podía dañar el espíritu de
obediencia que debe guiar a un guerrero. Como tenían a una masa de esclavos y
trabajadores a su servicio, los espartanos despreciaban y rechazaban de manera
absoluta el aprendizaje y la práctica de oficios y artes mecánicas.
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