Educación hebrea
Su libro sagrado es el Talmud. La educación se daba en un
principio dentro del seno familiar. La escuela elemental fue una institución
tardía. Su método de enseñanza se basaba en la repetición y la revisión. La
escuela se organizaba en tres clases: la migar, la mishnath y la guemara; en
todas ellas existía el ideal teocrático.
1) La Educación Hebrea
La educación Hebrea estuvo basada en un Dios único,
Jehová – espíritu purísimo, creador de todo lo existente, no admitía dioses
vasallos o rivales. El ideal pedagógico fue formar al hombre virtuoso, piadoso,
honesto.
Para comprender los inicios de la educación cristiana se
debe investigar necesariamente la educación de los hebreos, el pueblo escogido
por Dios. Puesto que es necesario recordar que toda la enseñanza de este pueblo
se caracterizó por ser una educación religiosa.
La educación hebrea comenzaba casi cuando el niño
empezaba a hablar. Se llevaba a cabo en el interior de la familia, y eran los
padres los encargados de traspasar sus tradiciones a los hijos.
1.1 Propósitos de la Educación Hebrea
La educación de los hebreos siempre ha sido teocéntrica.
Como el pueblo escogido por Dios los hebreos concentraban su enseñanza en
procurar que todos viviesen en la voluntad de Dios, cumpliendo la ley. En
cuanto a los propósitos de la educación hebrea podemos mencionar tres:
• Transmitir la herencia histórica. Generalmente se hacía
en forma oral. Se exhortaba la ley.
• Enseñar en la conducta ética y moral. Se enseñaban los
principios básicos de disciplina y conducta.
• Asegurar la presencia y adoración de Dios.
1.2 Sistema Educativo
El pueblo hebreo contaba con distintas instituciones o
líderes dedicados dentro de él, para entregar enseñanza.
A) Educación Familiar
Fue, durante siglos, la única forma de educación
existente en Israel, y aún cuando advinieron otras formas, continuó siendo la
educación fundamental. La obligación de la familia era educar a sus hijos,
según el precepto de Moisés que reproduce la Voluntad de Dios: "Enseñaréis
estas palabras a vuestros hijos para que las mediten, hablando de ellas cuando
estéis en casa, o de camino, al acostaros y al levantaros".
Se enseñaba a los jóvenes y niños con los siguientes
contenidos:
• La Ley de Dios: sus mandamientos y preceptos.
• La oración: en la que los Salmos ocupan un lugar de
privilegio.
• La Historia Sagrada: que abarca la religión, la
geografía; la historia de los pueblos circundantes y su cultura; las leyes del
culto, leyes morales y civiles.
• La música, bajo sus diversas manifestaciones: canto,
instrumentos, danza.
• La escritura, cuya enseñanza no era obligatoria, pero
no era inusual.
• El oficio, habitualmente propio de cada familia, y
trasmitido de padres a hijos.
• La educación de la mujer no era desatendida en Israel.
Se les enseñaba a las mujeres: Las Sagradas Escrituras, hilar, tejer, cocinar,
cuidar los rebaños, la administración de los bienes.
2.- Educación Elemental o Mingrah
Se administraba en la “CASA DEL LIBRO” enseñándoles la
lectura, escritura, religión, ciencias y artes. Los niños asistían a partir de
los 6 a 10 años.
El maestro era el sofer (expertos en caligrafía hebrea) o
escriba.
3.- Educación Media o Mishnah (estudio, repetición)
De los 10 a 15 años los niños asistían a la ESCUELA DE
LEYES, donde estudiaban la ley, tanto jurídica como religiosa, así como también
la música.
4.- Educación Superior o Guemara
Para los jóvenes de 15 a 18 años pertenecientes a las
principales familias o aspirantes a escribas. Se estudiaban la ley, ciencias,
medicina, astronomía, geometría, literatura, teología, geografía, historia,
etc. Se formaban a los Escribas y Rabinos
El método de enseñanza se basó en la repetición (memoria)
y en la revisión, la forma dialogada fue muy frecuente.
Tenía lugar en la "Casa de Investigación o de
Estudio", en la que recibían su formación el escriba, pero también el
rabino y el doctor de la Ley.
a) El escriba
No sólo realizaban la labor de “copistas” a fin de
preservar las tradiciones escritas y orales de Israel, sino que también eran
redactores e intérpretes de la ley. Debía ser una persona de situación
económica desahogada, no sólo por el tiempo que demandaba su formación, sino
también porque su espíritu no debía quedar atrapado en el mundo de lo material,
en el negocio y los intereses: debía aplicarse por entero a la Palabra de Dios,
a entenderla y ponerla en práctica.
b) Los rabinos
Eran, fundamentalmente, maestros: maestros de doctrina
(por la predicación) y maestros de vida (a través del consejo y la guía
espiritual). Llevaban una vida itinerante, recorriendo pueblos y ciudades,
enseñando en las plazas, en las sinagogas, junto a los ríos o en las montañas,
y también en las casas. El pueblo en general los escuchaba, pero un grupo más
reducido los seguía, acompañándolos en sus desplazamientos y participando más
íntimamente de su vida y su doctrina: eran los discípulos.
c) El doctor de la Ley
Personaje de gran autoridad y prestigio, vinculado a la
Sinagoga y al Sanedrín: teólogo, maestro, legislador y juez. La sabiduría de
los doctores, y su enseñanza, se encuentran recopiladas en el Talmud (siglos II
a XIII d.C.), que recoge la tradición erudita de Israel desde al menos el siglo
I a.C.
Se llegaba a ser doctor de la Ley tras largos años de
aprendizaje junto a un doctor, escuchando respetuosamente sus lecciones
(lectura de los textos sagrados, explicación de los mismos, etc.), memorizando
la doctrina, asistiendo a las discusiones entre los maestros. Los discípulos
interrogaban y eran interrogados, en forma privada o pública. También debían
procurar vivir de acuerdo a la Ley. Cuando el maestro consideraba que su
discípulo se hallaba suficientemente preparado para enseñar y comentar, lo
dejaba ir para que abriera su propia escuela: Israel contaba con un nuevo
doctor de la Ley, un nuevo sabio por su doctrina y por su vida, para
edificación del pueblo a través de la instrucción y el ejemplo.
d) Los Profetas
En cuanto al oficio de la profecía, se supone que es el
profeta la figura central en cuanto a la educación en el pueblo, por cuanto son
llamados a exhortar, predicar y anunciar el propósito de Dios y las verdades
que él quería transmitir a su pueblo, en un momento determinado.
Los profetas habitualmente se dirigían a los reyes
(Educación del gobernante), guiando sus decisiones de acuerdo a la Voluntad de
Dios y al pueblo (Educación del pueblo), al que exhortaban a la conversión pues
a menudo caía en la idolatría y pervertía sus costumbres.
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